jueves, 18 de septiembre de 2025

MEMORIA CON REGLA Y ESCUADRA: LA LEY COMO COARTADA Y EL RIGOR COMO ESLOGAN

 


Entrada original: “La Ley de Memoria Democrática y mi trabajo”
Fecha: Sábado, 16 de julio de 2022
Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/07/la-ley-de-memoria-democratica-y-mi.html

Tipo de alusión

  • Indirecta y estructural. Usa la LMD para blindar su enfoque y presentarlo como “rigor institucional”, pese a falsedades previas sobre mi padre y mi abuelo paterno.

Estrategia de Ríos Carratalá

  1. Auto-aval académico (“mayor rigor posible”).

  2. Ley como maza: convertir en estándar un relato parcial.

  3. Generalizaciones: “los que ganaron nunca buscaron la reconciliación”.

  4. Omisiones: violencia del otro bando y casos como el de mi familia.

Puntos discutibles

  • Rigor selectivo (nombra unas víctimas y borra otras).

  • Legitimación ex post (ley para cerrar debate, no abrir investigación).

  • Culpabilidad colectiva (Juzgado de Prensa = represores por defecto).

  • Corporativismo (“colectivo académico” como escudo).


Réplica narrativa: Memoria con regla y escuadra: la ley como coartada y el rigor como eslogan


El 16 de julio de 2022,
el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá, celebró La Ley de Memoria Democrática y mi trabajo. Dice investigar “con el mayor rigor posible”. Ojalá ese rigor hubiera aparecido cuando habló de mi padre: secretario del juez instructor durante su servicio militar, sin formar parte de consejos de guerra ni pedir condenas. Eso no lo invento: lo avalan documentos y resoluciones conocidas.

Cita la ley: se declaran ilegales/ilegítimos los tribunales franquistas y nulas sus resoluciones. Bien: juzgar autoritarismos con estándares democráticos. Pero, ¿dónde encajan la otra mitad del horror y mi propia familia?
— Mi
abuelo, Francisco Baena Jiménez, asesinado en 1936 por motivos religiosos y por negarse a delatar inocentes y ayudarles a huir por tener conocimiento de que los iban a asesinar. Los que no le hicieron caso fueron ejecutados...
— Mi
padre, con quien quisieron hacer lo mismo que con su padre, muy perseguido y detenido en diversas ocasiones, pasado por chekas y por el exilio para salvar la vida, con la casa saqueada y la familia arrojada a más absoluta la miseria...
¿Eso fue “legal”? ¿O la legalidad solo importa en una dirección?

Ríos Carratalá repite que “los que ganaron nunca buscaron la reconciliación”. Ya se sabe lo que ganó mi familia (ya que Ríos la sitúa en el bando vencedor): muerte, persecución y miseria… Frase rotunda… y vacía si se usa para borrar la violencia del otro bando y para fabricar culpabilidades colectivas (cualquiera que pasó por el Juzgado de Prensa = artífice voluntario de represión). Si vamos a hablar de barbaries, hablemos de todas. No de una selección útil para el relato.

Remate corporativo:

Con respaldo legal ya podré afirmar que esos actos son ilegales y sus resoluciones nulas… importante para erradicar obstáculos que el colectivo académico ha sufrido…”

Traducido: la ley como coartada para convertir una línea historiográfica en ortodoxia y apartar lo que incomode (incluidas peticiones de rectificar falsedades). Memoria democrática sí; memoria de trinchera, no. La que yo defiendo nombra a todas las víctimas y corrige lo falso, aunque moleste...


Algunos ejemplos documentados de barbarie en la retaguardia republicana

(para ilustrar la parcialidad de quienes solo miran un lado):

miércoles, 17 de septiembre de 2025

CRÍTICA AL PACTO LINGÜÍSTICO DE SÁNCHEZ CON JUNTS

 

El acuerdo entre Pedro Sánchez y Junts para obligar a las grandes empresas a ofrecer atención al cliente en catalán —y por extensión en lenguas cooficiales— ha desatado una polémica que va mucho más allá del terreno comercial. No estamos solo ante una reforma técnica de la Ley de Atención al Cliente, sino ante un síntoma de cómo se instrumentaliza la política lingüística para la supervivencia parlamentaria del Gobierno.



1. Una medida que nace de la debilidad política

La iniciativa no surge de un consenso social o académico amplio, sino de una cesión política del Ejecutivo para garantizarse apoyos en el Congreso. Es la moneda de cambio que permite al presidente seguir en el poder, aun a costa de abrir una brecha jurídica, económica y social en todo el país.


2. Desigualdad entre lenguas cooficiales

Aunque se presenta como una defensa de los derechos lingüísticos, en la práctica el catalán aparece como la gran referencia.

  • El gallego y el euskera quedan relegados a un segundo plano, pese a que gozan del mismo rango de cooficialidad en sus comunidades. Tiempo al tiempo...

  • Se refuerza así la sensación de que todo se legisla en clave catalana, mientras que Galicia y el País Vasco quedan como satélites de un acuerdo pensado para contentar a Junts.

Esto no solo es injusto: alimenta la idea de que existen lenguas de primera y lenguas de segunda, algo contrario al principio constitucional de igualdad.


3. El deber de conocer el castellano según la Constitución

El artículo 3 de la Constitución Española es claro y categórico:

  • El castellano es la lengua española oficial del Estado.

  • Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

  • Las demás lenguas españolas serán también oficiales en sus respectivas comunidades autónomas, de acuerdo con sus Estatutos.

  • Y añade además que “la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”.

Conviene aclarar aquí la dualidad terminológica:

  • Español y castellano son sinónimos correctos.

  • Se suele usar castellano para diferenciarlo de otras lenguas de España (catalán, gallego, euskera).

  • En cambio, se prefiere español cuando se habla de la comunidad española en general y/o de la comunidad hispanohablante global, de más de 500 millones de personas.

Este marco constitucional convierte en una incongruencia jurídica y práctica que se imponga a las empresas responder en otra lengua dentro del mismo país, cuando la Constitución ya garantiza que todos los ciudadanos se entiendan en castellano/español.


4. La paradoja del “cliente satisfecho”

Los defensores del pacto apelan a la “satisfacción del consumidor”: que un catalanoparlante pueda ser atendido en su lengua en cualquier lugar de España. Pero esta lógica es peligrosa:

  • Si la satisfacción del cliente se convierte en criterio absoluto, ¿por qué no permitir que alguien exija ser atendido en chino mandarín, árabe o alemán, lenguas mucho más habladas que el catalán a nivel global?

  • La comparación evidencia el absurdo: el castellano/español ya garantiza la plena intercomprensión entre dos ciudadanos españoles. Obligar a duplicar canales lingüísticos en nombre de la “satisfacción” desnaturaliza el marco común.


5. El silencio cómplice de los académicos

A esta incongruencia se suma otro fenómeno preocupante: el silencio clamoroso de los profesores de Lengua y Literatura españolas en todos los niveles educativos.

  • Unos callan por complicidad palmaria, convertidos en auténticos mamporreros ideológicos del Ejecutivo, dispuestos a repetir consignas sin razonar ni contrastar.

  • Otros lo hacen por comodidad, dejadez o pasotismo, como si la defensa del castellano/español —lengua común y patrimonio cultural de todos— fuese un tema menor que no merece incomodar a nadie.

  • Mientras tanto, muchos de estos mismos académicos no dudan en levantar la voz monotemática sobre el franquismo, los franquistas (verdaderos y falsos), la censura o la memoria histórica (con razón o sin ella), pero guardan un silencio sepulcral cuando se trata de defender el idioma que deberían tener como objeto de estudio y enseñanza.

El resultado es una deserción intelectual que contribuye a normalizar la manipulación política de la lengua y deja a la sociedad sin referentes críticos.


6. Efectos prácticos y riesgos

  1. Para las empresas: costes añadidos, burocracia, inseguridad jurídica y un esfuerzo desproporcionado frente a un beneficio social limitado.

  2. Para los consumidores: lejos de favorecer la igualdad, crea divisiones; dos españoles de distintas comunidades podrían verse “obligados” a comunicarse en una lengua distinta cuando ambos dominan el castellano.

  3. Para la convivencia: se refuerza la idea de que en España no basta con ser ciudadano, hay que serlo además bajo una etiqueta lingüística.


7. Conclusión

El pacto lingüístico entre Sánchez y Junts es, en esencia, una cesión política revestida de derecho lingüístico.

  • Genera desigualdad entre lenguas cooficiales.

  • Ignora el deber constitucional de conocer el castellano como lengua común y oficial del Estado.

  • Se sostiene en el silencio cómplice de quienes deberían defender el castellano/español en las aulas y en los foros académicos.

  • Y abre la puerta a una incongruencia práctica: dos españoles, que podrían entenderse perfectamente en castellano, se verán forzados a utilizar otra lengua por imposición normativa.

En definitiva, es una medida más simbólica que real, diseñada para contentar a una minoría parlamentaria y garantizar la permanencia en el poder, a costa de introducir un elemento de división, desigualdad y absurdo en las relaciones entre ciudadanos y empresas.

martes, 16 de septiembre de 2025

REPETIR LA MENTIRA, DIRIGIR LA REVISTA: LA ESTRATEGIA DE RÍOS

 



Título original: Un nuevo número de ALEUA
Fecha: lunes, 28 de noviembre de 2022
Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/11/

Tipo de alusión

  • Indirecta: no menciona expresamente a mi padre, pero la revista que dirige (Anales de Literatura Española) ha publicado textos con referencias falsas a él.

  • Subtexto: presenta su labor editorial como esfuerzo académico impecable, cuando en realidad incluye publicaciones con tergiversaciones.

Estrategia discursiva de R.C.

  1. Reforzar su papel de director responsable y gestor eficiente de la revista.

  2. Mostrar la revista como un proyecto consolidado y de prestigio académico.

  3. Naturalizar la inclusión de sus propios trabajos sin advertir sobre sus carencias de rigor.

Puntos discutibles

  • Se aprovecha del cargo de director para dar eco a sus propias falsedades.

  • Falta de transparencia: no se reconoce que en esas páginas que dirige (y en otros muchos sitios: prensa, radio, artículos, blog, libros...) se han publicado tergiversaciones sobre una persona concreta (mi padre).

  • Corporativismo académico: se presenta como un esfuerzo colectivo impecable, ocultando los sesgos ideológicos.

  • Consecuencias familiares: esas publicaciones han generado insultos, confusión con un familiar poeta, ataques injustos a tu familia.


Réplica narrativa: Repetir la mentira, dirigir la revista: la estrategia de Ríos

El 28 de noviembre de 2022, R.C. celebraba en su blog la salida de un nuevo número de Anales de Literatura Española, la revista que dirige. Relata con detalle las gestiones, las correcciones, el trabajo en equipo… Una postal académica de eficacia y compromiso.

Fuente: Blog Varietés y República

Sin embargo, en esa misma revista se han publicado textos suyos en los que vuelve a repetir falacias sobre mi padre. Como si se tratara de un “gran literato” —entiéndase la ironía—, insiste en colar su relato donde puede, también en la publicación que dirige, blindando así su versión en un circuito académico que, más que filtro de calidad, parece altavoz de consignas.

Lo que para él es motivo de orgullo, para mí y mi familia ha supuesto un nuevo motivo de dolor. No solo porque se perpetúen falsedades, sino porque las consecuencias han ido más allá del papel. Tras la campaña mediática de 2019 y la respuesta de huida hacia adelante dando versión falsa de lo solicitado al Sr. catedrático, sufrimos insultos y ataques en medios y redes, algunos dirigidos contra personas que nada tenían que ver con el asunto. Un primo hermano de mi padre, poeta reconocido en Arcos, fue confundido por desconocidos y arrastrado en el fango ( y otras personas con igual apellido, un Baena de Guinea Ecuatorial que no tiene nada que ver con mi familia, por ejemplo). A mi padre lo llegaron a felicitar por poemarios que eran de este primo. Él respondía con humildad que esos méritos no eran suyos, que eran de un familiar con idéntico nombre.

Intenté contactar tras la polémica con la fundación que lleva el nombre de este familiar lejano, pidiendo disculpas por las molestias que esta confusión hubiera podido ocasionarles. Nunca obtuve respuesta. Pero el daño estaba hecho: mi familia fue insultada, amenazada, señalada.

¿De qué sirve entonces presumir de “dirección impecable” de una revista académica, si esa revista se utiliza para repetir falacias y legitimar un relato ideológico? En mi opinión, lo que R.C. presenta como logro editorial no es más que otro capítulo del mismo fanatismo sectario: aprovechar cada espacio posible para insistir en sus tergiversaciones, sin reconocer ni reparar los daños causados.

SELLO DE CALIDAD: CUANDO EL FILTRO NO FILTRA NADA

 


Entrada original en el Blog Varietés y República del catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante Juan Antonio Ríos Carratalá: Anales de Literatura Española renueva el sello de calidad del FECYT

Fecha: Martes, 21 de junio de 2022

Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/06/anales-de-literatura-espanola-renueva.html


Tipo de alusión

  • Indirecta: no menciona a mi padre, pero es relevante porque en esa revista se han publicado textos de Ríos Carratalá sobre él.

  • Subtexto: se presume de “sello de calidad” mientras se legitiman publicaciones con errores, falsedades y falta de contraste.


Estrategia discursiva de R.C.

  1. Reforzar la autoridad de la revista y de sí mismo como académico: el sello del FECYT como aval de rigor.

  2. Transmitir que lo publicado en esas páginas tiene “calidad” y es digno de confianza.

  3. Aprovechar el prestigio institucional como escudo frente a críticas.


Puntos discutibles

  • ¿De qué sirve un sello de calidad si no se filtran falsedades?

  • Falta de contraste: se publican afirmaciones sobre mi padre sin que nadie se tome la molestia de verificar.

  • Compadreo académico: apoyos “incondicionales” sin lectura ni revisión crítica real.

  • El sello se convierte en un barniz para el guerracivilismo editorial.


Réplica narrativa: Sello de calidad: cuando el filtro no filtra nada

El 21 de junio de 2022, el blog de R.C. celebraba que Anales de Literatura Española renovaba su “sello de calidad” del FECYT. Una buena noticia, en apariencia. Al menos hasta que uno se pregunta: ¿qué significa realmente “calidad” en este contexto?

Lo digo porque en esa revista se han publicado trabajos de Ríos Carratalá con mención sobre mi padre. Hecho un trabajo, vamos a darle difusión en todos los medios habidos y por haber...Trabajos que contienen errores, tergiversaciones y falsedades. ¿Dónde estaban los filtros de calidad? ¿Quién revisó esas páginas? ¿Acaso alguien se molestó en contrastar los datos?

La respuesta la he comprobado yo mismo. Me he entrevistado con catedráticos que presumen de dar su apoyo “incondicional” a Ríos Carratalá. Les he pedido sinceridad y les he preguntado si se habían leído sus libros por completo, si sabían cómo pintaba a mi padre, ¿qué impresión se llevaban con lo que Ríos dice sobre él? y si habían contrastado algo sobre ello. La respuesta fue clara: no. Pero inmediatamente se defendieron con un “hombre, sabemos lo que dice en general…”. En general, eso sí, pero con el nombre de una persona muy concreta y sin haberlo leído en detalle ni verificado una sola afirmación. Y con ese “en general” basta para otorgar un sello de calidad, para publicarlo y para aplaudirlo como si fuera un mérito académico.

Aquí está la paradoja: no es un apoyo crítico ni informado, es un apoyo incondicional, acrítico y vacío. Es más un ejercicio de corporativismo que de rigor. Nadie lee a fondo, nadie contrasta, nadie corrige. Pero todos dan por bueno lo que publica R.C. porque, al fin y al cabo, es catedrático. Y así, el sello del FECYT se convierte en un barniz para legitimar trabajos que no pasarían un examen serio de verificación.

Lo más sarcástico es que si alguien se tomara la molestia de contar, ¿cuántos nombres distintos aparecen en los libros de R.C.? ¿Cuántas vidas se reducen a etiquetas ideológicas? ¿Cuántas se manipulan con alegre ironía? Eso no importa: lo importante es que se publique, que tenga el sello, y que nadie se atreva a leerlo demasiado, no vaya a ser que la “calidad” se derrumbe como un decorado de cartón.

En resumen y en mi opinión, la renovación del FECYT no es prueba de calidad académica, sino de otra batalla ganada por el guerracivilismo disfrazado de ciencia. Si este es el filtro, mejor no imaginar lo que pasaría sin él.


lunes, 15 de septiembre de 2025

CASTIGAR CON ETIQUETAS: LA DEMOCRACIA DE RÍOS CARRATALÁ

 

Entrada original: Una investigación fundamental: Castigar a los rojos

Fecha: Jueves, 30 de junio de 2022

Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/06/una-investigacion-fundamental-castigar.html




Tipo de alusión

  • Indirecta y sectaria: no menciona a mi padre directamente, pero encuadra a todos los que pasaron por el Juzgado de Prensa (incluido él) como “artífices voluntarios de represión”.

  • Insinuación general: todos culpables, todos cómplices, todos callaron.


Estrategia discursiva de R.C.

  1. Usa el título con tono irónico y simplista (“castigar a los rojos”) para colocar a todo el que no fuera republicano en el bando represor.

  2. Alimenta la retroalimentación ideológica entre colegas de la misma cuerda: cita, enlaza, se retroalimenta.

  3. Generaliza hasta la caricatura: cualquier militar jurídico fue voluntario entusiasta de penas de muerte a cambio de ascensos o fines de semana libres.

  4. Presenta la represión como bloque homogéneo y eterno, sin matices, ocultando historias como la de mi abuelo (víctima republicana) o mi padre (represaliado).


Puntos discutibles

  • Culpabilidad colectiva: convierte un contexto complejo en una sentencia global.

  • Sesgo ideológico: la retroalimentación académica entre afines genera más eco que crítica.

  • Contradicción flagrante: mientras acusa a “los que ganaron” de no buscar reconciliación, él mismo abre trincheras ideológicas con relatos sectarios y falsedades sobre fallecidos que no pueden defenderse.

  • Desinformación: el comentario “nunca buscaron la reconciliación” es un comodín vacío → ¿y abrir heridas reescribiendo vidas con bulos es reconciliación?


Réplica narrativa: Castigar con etiquetas: la democracia de Ríos Carratalá

El 30 de junio de 2022, Ríos Carratalá publicaba en su blog Una investigación fundamental: Castigar a los rojos. El título, como casi siempre, es toda una declaración de intenciones: usar la ironía para reducir la Historia a una consigna de barra de bar.

Según él, cualquiera que pasara por el Juzgado de Prensa fue artífice voluntario de represión: jóvenes sin formación, firmando penas de muerte a cambio de ascensos o fines de semana libres, y guardando un silencio cómplice para siempre. Un retrato tan global como grotesco.

¿De verdad se puede sostener que todos encajan en ese molde? ¿Mi padre, Antonio Luis Baena Tocón, que cumplía su servicio militar y cuya vida había sido ya marcada por la persecución, el saqueo y el asesinato de su propio padre? ¿Mi abuelo, Francisco Baena Jiménez, asesinado por milicianos republicanos, convertido por arte de magia en “nacional” por este catedrático del rigor elástico?

Lo más llamativo es el comentario de R.C.: “nunca buscaron la reconciliación nacional”. Aquí conviene preguntarse: ¿qué entiende él por reconciliación? ¿Inventar bultos y difundirlos en entrevistas? ¿Colocar a todos en un mismo saco de “represores voluntarios”? ¿Abrir trincheras ideológicas noventa años después y convertir la memoria en propaganda?

Porque lo que parece es que la “democracia” de R.C. consiste en que la reconciliación solo se da cuando los suyos hablan y los demás callan. Cuando se acepta sin rechistar que su narrativa es la única versión válida.

La realidad es otra: incluso dentro de la izquierda, muchos han cuestionado la Ley de Memoria Democrática por su carácter sectario y por el riesgo de convertirla en un ajuste de cuentas. Numerosos manifiestos (ABC, Verdad Histórica, Libertad Digital, El Español, El Independiente, El País, El Correo, Ahora Información) han subrayado lo mismo: que recordar solo a unos y silenciar a otros no es memoria, sino manipulación.

Y ahí está la paradoja: acusa a “los que ganaron” de no buscar reconciliación, pero sus escritos son la prueba viva de que él mismo no la busca. Porque reconciliar es reconocer todas las víctimas, también las de mi propia familia. Lo otro es castigar con etiquetas, manipular con silencios y esconder bajo un relato académico lo que no encaja en el guion.


sábado, 13 de septiembre de 2025

CHICOTE RECALENTADO Y AMENAZAS VELADAS: RÍOS CARRATALÁ CONTRA EL “IMPERTINENTE”

 


Entrada original: El juez Manuel Martínez Gargallo y la SGAE
Fecha: Jueves, 14 de abril de 2022
Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/04/el-juez-manuel-martinez-gargallo-y-la.html


Tipo de alusión

  • Indirecta: no menciona a Antonio Luis Baena Tocón, pero al hablar del Juzgado Especial de Prensa y de “los militares del cuerpo jurídico” deja flotando la sospecha de que podría haber más nombres que exponer.

  • Subtexto: mantener viva la tensión, como si quedara algo más por descubrir sobre quienes pasaron por allí.


Estrategia discursiva de R.C.

  1. Usar la figura del juez Martínez Gargallo como excusa para volver sobre el filón de Chicote y sus trabajos.

  2. Ocultar que lo que presenta como novedad no es más que reedición de lo ya publicado: Nos vemos en Chicote (2015, 2020 y 2025).

  3. Sugerir que aún hay material en el Juzgado de Prensa, dejando abierta la posibilidad de encontrar más (basura) contra quienes estuvieron allí, incluso forzosamente (aunque la documentación ya ha demostrado lo contrario).

  4. Mantener un tono insinuante que funciona como amenaza velada hacia , el “impertinente” hijo que no se calla.


Puntos discutibles

  • Falta de transparencia: no reconocer que reedita lo mismo como si fueran nuevos hallazgos.

  • Sospecha fabricada: sugiere que puede aparecer algo más sobre los militares del Juzgado de Prensa, sin pruebas reales.

  • Técnica de desgaste: alimentar la expectativa de que hay más por descubrir, cuando lo único que se repite son tergiversaciones.


Réplica narrativa: Chicote recalentado y amenazas veladas: R.C. contra el “impertinente”

El 14 de abril de 2022, R.C. dedicaba su blog a El juez Manuel Martínez Gargallo y la SGAE. Aparentemente, se trata de un texto más sobre un juez de la posguerra inmediata (para R.C, mejor decir “del franquismo”) y su papel en la represión cultural. En realidad, no hay nada nuevo.

Primero, porque lo que presenta como referencia fresca es un libro viejo: Nos vemos en Chicote. Publicado en 2015, reeditado en 2020, y vuelto a editar en 2025. Tres diferentes ediciones en algo más de una década, y sin que cambie ni una coma. A eso lo llama investigación; otros lo llamarían reciclaje editorial.

Segundo, porque entre líneas vuelve a sonar lo mismo: que “a la luz de nuevos documentos” podrá analizar la participación de los militares del cuerpo jurídico en el Juzgado Especial de Prensa. Como quien anuncia un gran hallazgo, cuando lo único que hace es mantener la sospecha en el aire.

Y aquí llega lo inquietante: ¿a qué viene esa insistencia? ¿Se trata de iluminar lo que ya está documentado, o de mantener bajo sospecha a todos los que pasaron por allí, incluyendo a mi padre, Antonio Luis Baena Tocón? Porque lo que parece es que R.C. todavía sueña con encontrar algo que le permita callar al “impertinente” hijo que no se rinde.

Pero lo cierto es que nada nuevo encontrará. La documentación oficial y la sentencia contencioso-administrativa de Alicante (2021) ya dejaron claro quién era mi padre y qué hizo: secretario del juez instructor, cumpliendo su servicio militar obligatorio, sin participar en consejos de guerra ni pedir condenas. Todo lo demás es humo.

En definitiva, la entrada sobre Martínez Gargallo no aporta novedades, pero cumple su función: mantener vivo el relato, insinuar amenazas veladas y vender reediciones como si fueran descubrimientos. Chicote recalentado, servido con el mismo aliño de siempre.


EL DERECHO AL OLVIDO SEGÚN RÍOS CARRATALÁ: DE FALSEDADES REPETIDAS A MONOGRÁFICO ACADÉMICO

 


Entrada original: “Monográfico sobre el derecho al olvido y la Historia”

Fecha: Jueves, 17 de marzo de 2022
Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/03/monografico-sobre-el-derecho-al-olvido.html

Entradas anteriores relacionadas en el blog Varietés y República (2019):


Tipo de alusión

  • Indirecta pero central: toda esta serie nace de mi solicitud vinculada al “derecho al olvido”.

  • Ríos Carratalá lo presenta como si yo quisiera “borrar la Historia”, cuando en realidad tan solo pedí que no se difundieran falsedades sobre mi padre.


Estrategia discursiva de R.C.

  1. Apropiarse del tema jurídico del “derecho al olvido” para dar apariencia académica.

  2. Simplificar y tergiversar: pedir la supresión de bulos = querer censurar la Historia.

  3. Repetir el relato victimista: él como “héroe que defiende la libertad académica frente a la censura”.

  4. Evitar la parte incómoda: que un tribunal (Alicante, 1/9/2021) ya acreditó que mi padre no fue fiscal ni miembro de consejo de guerra, sino abogado que realizaba su servicio militar.


Puntos discutibles

  • Confundir “olvido digital” con “borrado de archivos históricos”.

  • Ocultar que la petición se refería a concretos artículos con falsedades, no a “documentos oficiales e históricos”.

  • Insistir en que el problema es una supuesta falsa “censura”, cuando lo real es la manipulación de la verdad.

  • Montar un monográfico académico sobre un derecho jurídico mal entendido para multiplicar entradas de blog y revistas.


Réplica narrativa:

El derecho al olvido según Ríos Carratalá: de falsedades repetidas a monográfico académico

El 17 de marzo de 2022, Ríos Carratalá. publicaba en su blog Varietés y República un Monográfico sobre el derecho al olvido y la Historia, una entrada que parece escrita a medida para insistir en un tema que le fascina desde que, en 2019, se estrenara con cuatro artículos sobre lo mismo: El olvido digital vs. la Historia I-IV.

El motivo de esa obsesión soy yo. O, mejor dicho, la petición que hice para que dejaran de repetirse bulos sobre mi padre de su autoría. Lo llamé “derecho al olvido” porque era la herramienta jurídica disponible, aunque ni yo mismo conociera entonces todos sus entresijos legales. Pero conviene aclararlo: nunca pedí borrar documentos históricos ni manipular archivos. Lo único que solicité fue que dejaran de difundirse falsedades sobre Antonio Luis Baena Tocón.

Mi padre no fue fiscal en el proceso de Miguel Hernández, no pidió penas de muerte, ni mínimas ni máximas, y no formó parte de ningún consejo de guerra. Fue secretario de un juez instructor mientras cumplía parte de su servicio militar obligatorio. Eso no lo digo yo: lo dice la documentación oficial y lo reconoció la sentencia contencioso-administrativa de Alicante, de 1 de septiembre de 2021, que acreditó que era abogado y que no desempeñó los papeles que R.C. le atribuye (callando deliberadamente esa parte de la sentencia).

¿Qué hace entonces el catedrático? Convertir mi petición en filón académico: habla de censura, de borrados digitales, de historia en peligro. Todo muy épico, todo muy universitario. Pero la realidad es menos heroica: nunca se trató de borrar la Historia, sino de impedir que se repitiera una mentira.

La paradoja es evidente: quienes se presentan como defensores de la verdad académica son los mismos que mantienen falsedades ya desmontadas por tribunales y pruebas documentales. Y encima multiplican las entradas de blog, como si a fuerza de repetir su versión fuese a convertirse en verdad.

Lo peor de todo es cómo se ha querido manipular el relato en los medios (medios que no contrastan, en contra de lo que dicen sus bonitos códigos éticos). Ríos Carratalá, trilero como pocos, ha hecho creer que yo pretendía “borrar archivos históricos”. Nada más falso (pero lo más sorprendente es que lo hayan creído sin más). Los archivos están ahí, intactos, y nadie ha pedido que desaparezcan. Lo que se le pidió, y queda claro documentalmente en mi entrada La farsa de la colaboración (2019), fue que dejara de difundir falsedades sobre mi padre. No era cuestión de ocultar documentos, sino de frenar la manipulación de esos documentos para fabricar un papel represivo que nunca existió.

En definitiva, el monográfico sobre el “derecho al olvido” no es más que un monográfico sobre cómo explotar una tergiversación. Lo curioso es que, de tanto hablar del tema, lo único que no consigue Ríos Carratalá es que se olvide.

viernes, 12 de septiembre de 2025

REPRESALIADOS SELECTIVOS: LA MEMORIA A MEDIAS QUE SE CELEBRA EN LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE

 

Entrada original: “El día de los represaliados en la Universidad de Alicante”

Fecha: Domingo, 27 de marzo de 2022

Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/03/el-dia-de-los-represaliados-en-la.html


Tipo de alusión

  • No menciona directamente a mi padre.

  • Contexto vinculado al término “represaliados”, que afecta de lleno a mi familia (abuelo asesinado, padre víctima de intentos de asesinato y saqueos).


Estrategia discursiva de R.C.

  1. Convertir el homenaje en la UA en un acto de memoria unilateral.

  2. Vincular “represaliados” con un solo bando, ignorando a las víctimas del otro.

  3. Respaldarse en medios que le han servido como altavoz “incondicional” en relación con mi padre.


Puntos discutibles

  • La memoria democrática planteada como trinchera guerracivilista.

  • Invisibilización de represaliados de un bando,entre ellos. etiquetados a placer por R.C., mi abuelo y mi padre.

  • Medios que repiten la narrativa de R.C. sin contraste ni matices.


Réplica narrativa:

Represaliados selectivos: la memoria a medias que se celebra en la Universidad de Alicante

El 27 de marzo de 2022, el blog de R.C. se hacía eco de El día de los represaliados en la Universidad de Alicante. Nada habría que objetar si se tratara de un acto de recuerdo amplio, inclusivo, con el propósito de reconocer a todas las víctimas de la barbarie. Pero no: se convierte en un homenaje selectivo, parcial, que confirma lo que muchos intuimos desde hace tiempo.

Extracto del DOC. 152 de la demanda contra RC. Registro civil de Torrelaguna

Porque represaliado fue mi abuelo paterno, Francisco Baena Jiménez, secretario del Ayuntamiento de Torrelaguna, asesinado en 1936 por los mismos que saquearon su casa y dejaron en la miseria a su familia. Y represaliado fue también mi padre, Antonio Luis Baena Tocón, que con 21 años apenas escapó de ser asesinado por esa misma violencia, antes de ser llamado a filas. Su vida, marcada por la pérdida del padre, el expolio y la persecución, quedó reducida a un silencio que hoy parece molestar a quienes prefieren hablar solo de unas víctimas y no de otras.

La pregunta es inevitable: ¿represaliados solo de un bando? Si es así, la llamada “memoria democrática” no es más que una trinchera guerracivilista, un arma ideológica para ganar en despachos y cátedras lo que se perdió en la guerra. No es memoria, es amnesia selectiva. Y, lejos de cerrar heridas, las abre de nuevo.

La ironía alcanza cotas mayores cuando se observa que en este contexto se citan medios que, respecto a mi padre, no han dudado en ser eco “incondicional” del catedrático. Buena forma de demostrar objetividad: repetir sin contraste lo que se quiere escuchar.

Y aún más grave: R.C., en su particular “rigor característico”, ha llegado a cambiar de bando a mi abuelo. Como si la verdad documental fuera un accesorio prescindible para el relato. Pero la realidad es otra: el propio Estado español, en fecha reciente, ha reconocido oficialmente a Francisco Baena Jiménez como víctima de la guerra civil, algo que jamás se habría comentado, ni solicitado, sin la reescritura falseada del Sr. Ríos Carratalá

Así se entiende mejor la magnitud de la tergiversación: se convierte en represaliados a unos y se niega a otros, aunque los documentos oficiales digan lo contrario. ¿Memoria democrática? Más bien propaganda de trinchera.



miércoles, 10 de septiembre de 2025

LA CRISPACIÓN: DE KABUL A KIEV… Y HASTA NUESTRAS AULAS

 

Jueves, 11 de septiembre de 2025

Siempre me atrajo la Historia. Tanto, que llegué a empezar la carrera en Córdoba, aunque los continuos cambios de destino profesional me obligaron a dejarla en pausa. Ya jubilado, decidí retomarla en la Universidad de Cádiz, con ilusión renovada. Pero esa ilusión se truncó. Las publicaciones y actuaciones del catedrático Juan Antonio Ríos Carratalá me colocaron en el punto de mira, manipulando documentos y construyendo un relato ficticio e ideologizado que afectaba directamente al honor de mi padre fallecido y, por extensión, a toda mi familia. El resultado: tuve que abandonar, no solo los estudios, sino también otras aficiones que me daban vida.

Y lo peor no fue solo el daño personal, sino el descubrimiento de que la historia “oficial” que muchos veneran está plagada de falsedades, tergiversaciones y medias verdades. He visto cómo catedráticos universitarios y reconocidos historiadores, presentados al gran público como referentes, en realidad actúan como propagandistas de determinadas ideas. No buscan esclarecer el pasado, sino justificar el presente. Esa constatación me dejó sin confianza: ¿qué Historia se enseña?, ¿la que pasó o la que conviene contar?


El mundo en llamas

En demasiados lugares del mundo, la violencia se ha convertido en norma. Basta leer la Lista Mundial de la Persecución 2024, elaborada por Puertas Abiertas: “más de 360 millones de cristianos sufren un nivel alto de persecución y discriminación por su fe”. Afganistán, Corea del Norte, Somalia, Libia… países donde la libertad religiosa es un lujo inexistente y donde la vida humana vale menos que la propaganda oficial.

O como señalaba Ayuda a la Iglesia Necesitada en su informe reciente: “en Corea del Norte, los cristianos que son descubiertos son deportados a campos de trabajos forzados como prisioneros políticos o ejecutados en el acto”. Allí la Historia no se falsifica: se borra directamente con sangre.


Europa bajo presión

En Europa, la crispación toma otra forma: la de la amenaza bélica constante. La guerra de Ucrania, que

algunos creyeron que sería rápida, se prolonga ya más de una década y se extiende como sombra sobre el continente.

Hoy mismo, titulares como los de RTVE advierten de que Polonia ha elevado su alerta al máximo tras la entrada de drones rusos en su espacio aéreo. La BBC resume con frialdad el peligro: “los incidentes fronterizos aumentan la posibilidad de una confrontación directa entre Rusia y la OTAN”.

Yo lo miro con otra perspectiva: en mi entorno conviven en paz ciudadanos rusos y ucranianos que huyeron de la guerra. Se saludan, colaboran, se ayudan. Si ellos pueden hacerlo aquí, ¿por qué los grandes poderes prefieren alimentar la crispación en lugar de buscar la convivencia?


España crispada

Y llegamos a España. Aquí no caen bombas ni hay campos de trabajos forzados, pero la crispación crece a un ritmo acelerado. Se han resucitado los rojos y los azules, los progres y los fachas, como si estuviéramos a las puertas de 1936.

Un ejemplo claro es el uso sectario de la memoria histórica, que lejos de unirnos, nos enfrenta. Lo he vivido en primera persona: Ríos Carratalá falseando con ficción la historia y presentando como investigación lo que en realidad es un panfleto ideológico; un sistema académico que respalda sin contrastar, y medios que difunden esas falsedades como si fueran verdad incuestionable.

No es casualidad que amigos como el médico y escritor Juan Manuel Jiménez Muñoz adviertan, con ironía, del disparate en que vivimos. En un reciente artículo suyo recordaba que las palabras se han convertido en propiedad privada de quienes las manipulan:

Hoy, por desgracia, las palabras tienen dueño. Fosa, fascista, progresista, feminismo, ecologista… son propiedad de la izquierda woke, de la izquierda caviar, de la izquierda de salón.”

Y añadía, sobre la crispación guerracivilista:

Cuando se juega con fuegos guerracivilistas, todos podemos quemarnos”.

Coincido: porque yo ya me he quemado.


En resumen

La diferencia es que en Corea del Norte se mata con fusiles; en Ucrania, con drones; y en España, con relatos. Pero todas esas formas de violencia tienen algo en común: destruyen personas, familias y sociedades.

Y de todas, quizá la más peligrosa sea la que se reviste de ciencia e imparcialidad, cuando en realidad no es más que propaganda disfrazada de investigación académica.

martes, 9 de septiembre de 2025

“LOS CONSEJOS DE GUERRA DE MIGUEL HERNÁNDEZ”

 

ERRATAS MENORES Y FALSEDADES MAYORES: 

LA CAMPAÑA MEDIÁTICA DE RÍOS CARRATALÁ CON LOS CONSEJOS DE GUERRA DE MIGUEL HERNÁNDEZ



Entradas originales
del blog Varietés y República del catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá:

  1. 6 de febrero 2022Los consejos de guerra de Miguel Hernández (1)
    Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/02/los-consejos-de-guerra-de-miguel.html
    👉 Foto con la firma de Antonio Luis Baena Tocón en documento del sumario.
    👉 Conexión con la declaración contemporánea de “ilegitimidad” del proceso.

  2. 23 de marzo 2022Los consejos de guerra de Miguel Hernández
    Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/03/ya-han-llegado-los-ejemplares-de-los.html
    👉 Publicidad de la llegada de ejemplares del libro.

  3. 29 de marzo 2022Los consejos de guerra de Miguel Hernández en la prensa
    Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/03/los-consejos-de-guerra-de-miguel.html
    👉 Amplificación mediática: eldiario.es, Público, Cadena SER.
    👉 Repetición del mensaje: proceso “ilegítimo, chapucero, lamentable”.

  4. 15 de abril 2022Dos erratas en la edición de los consejos de guerra de Miguel Hernández
    Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2022/04/dos-erratas-en-la-edicion-de-los.html
    👉 R.C. agradece a “lectores atentos y competentes” que detectaron erratas menores.



Tipo de alusiones:

  • Directa: firma de mi padre en foto de documento (sin contexto).

  • Indirecta: al relacionar sumarios, irregularidades e ilegitimidad con una narrativa sesgada que alcanza también a mi padre.

Estrategia discursiva de R.C.:

  1. Convertir la publicación en un acontecimiento mediático.

  2. Reforzar su autoridad académica mediante la difusión de entrevistas y reseñas favorables.

  3. Usar el caso Hernández como comodín ideológico para extender juicios a otros nombres.

  4. Minimizar los errores propios como simples “erratas” para darse un aire de humildad, mientras mantiene falsedades graves sobre personas concretas.

Puntos discutibles:

  • Selección tendenciosa de imágenes (firma de mi padre).

  • Manipulación retrospectiva: usar una declaración actual sobre la ilegitimidad del proceso para legitimar relatos falsos de época.

  • Amplificación mediática sin contraste con los sumarios.

  • Doble rasero: corrige erratas menores, pero calla ante falsedades graves.


Réplica narrativa: Erratas menores y falsedades mayores: la campaña mediática de Ríos Carratalá con los consejos de guerra de Miguel Hernández

En este análisis de entradas del catedrático de puede ver claramente el subrayado de la contradicción (tanto ruido para promocionar un libro, pero silencio ante la verdad documental), el ironizar sobre el detalle de las “erratas” frente a la magnitud de las falsedades. Conviene recordar el valor de alguna de mis propias experiencias con archiveros (“lo que dicen los sumarios es lo que dicen”) y evidentemente el efecto de esta campaña mediática: consolidar un relato falso sobre mi padre bajo el paraguas del icono Miguel Hernández.

Dicho de otro modo:

En febrero de 2022, Ríos Carratalá inauguraba su campaña publicitaria sobre Los consejos de guerra de Miguel Hernández (1) con un detalle curioso: la foto de un documento donde aparece la firma de mi padre, Antonio Luis Baena Tocón. Nada más, nada menos. Como si entre miles de folios lo más interesante fuese colocar, en primer plano, esa rúbrica. Una manera sutil de señalar, sin decir nada, pero dejando que otros interpreten lo que él ya ha sembrado.

Conviene dejarlo claro, aunque a algunos les incomode: nadie ha negado nunca que la firma de mi padre aparezca en el sumario de Miguel Hernández. Era el secretario del juez instructor, cumpliendo su servicio militar obligatorio, y por eso su rúbrica consta en los trámites de la fase de instrucción. Lo que no figura en ningún sitio, tal y como se ha dicho y repetido hasta la saciedad, es su firma en un consejo de guerra, ni pidiendo condenas, ni dictando sentencias, porque sencillamente no era su función ni su responsabilidad.
Lo que ha hecho R.C. es levantar sobre esa verdad simple un edificio ficticio: insinuar que esa firma equivalía a sellar una condena de muerte. No es historia, es un bulo construido con maestría de trilero: se muestra un documento verdadero para sostener una conclusión falsa.

Por si alguien lo duda, la autenticidad de esa firma ya fue acreditada judicialmente. Un perito calígrafo la certificó como indubitada en el procedimiento civil, y así consta en los autos. Lo que se cuestiona, insisto, no es la firma, sino la interpretación manipulada que se hace de ella.

Los secretarios judiciales de los sumarios de los consejos de guerra de Miguel Hernández
no llevan la firma de Antonio Luis Baena Tocón


Después llegó marzo y con él la fanfarria. El blog celebraba la llegada de ejemplares (Los consejos de guerra de Miguel Hernández) y, acto seguido, la prensa nacional recogía titulares dictados de antemano en la entrada Los consejos de guerra de Miguel Hernández en la prensa: “ilegítimo, chapucero, lamentable”. Así, lo que “dicen los sumarios” pasa a un segundo plano frente a lo que diga el catedrático y sus altavoces mediáticos. La archivera del Paseo de Moret me lo resumió mejor: “Lo que dicen los sumarios es lo que dicen”. Pero ese rigor no vende titulares, y mucho menos sirve para sostener la narrativa prefabricada.

Y ya en abril, cuando alguien detectó dos erratas en la edición (Dos erratas en la edición de los consejos de guerra de Miguel Hernández), R.C. agradeció a “lectores atentos y competentes” la observación. Qué curioso: se corrigen erratas mínimas con aire de transparencia, pero cuando se señalan falsedades graves sobre la vida de una persona concreta —mi padre— no hay corrección, ni fe de erratas, ni siquiera un reconocimiento. Un error tipográfico se enmienda con sonrisa; una falsedad histórica se mantiene a sabiendas.

La gran diferencia está en que un error no es lo mismo que una o muchas falsedades concentradas y reescrituras de una vida, como ha hecho con mi padre. Un error, decía, no es lo importante: se corrige y no pasa nada. Yo mismo detecté en los sumarios del poeta alguna confusión —si no recuerdo mal, se citaba al padre del embajador de Chile en lugar del hijo o viceversa—. Si alguien lo señala, se corrige y asunto resuelto. Que lo busque y se apunta un tanto el investigador Ríos Carratalá.
Pero
si realmente estuviera abierto a corregir errores, lo habría hecho con mi padre. Y lo que se le ha señalado en mi caso no son simples erratas, sino falsedades y manipulaciones de documentos históricos. Eso, por mucho que se publique y se repita en entrevistas, no es un error: es otra cosa muy diferente.

La conclusión es clara: R.C. sabe distinguir entre lo que es un error inocente y lo que es una manipulación consciente. Y ha optado por corregir lo primero y mantener lo segundo. Porque, claro, la publicidad de un libro necesita héroes, villanos y frases lapidarias; no sumarios que contradicen el relato, ni pruebas periciales que acreditan la verdad.

P.D. Si quieres leer los hiperenlaces simplemente ponte encima de ellos al tiempo que clicas sobre la tecla ctrl

MEMORIA CON REGLA Y ESCUADRA: LA LEY COMO COARTADA Y EL RIGOR COMO ESLOGAN

  Entrada original: “La Ley de Memoria Democrática y mi trabajo” Fecha: Sábado, 16 de julio de 2022 Enlace: https://varietesyrepublica.b...