Sentencias, honor y
falsedades: cuando el poder académico manipula la verdad en nombre de la
censura.
Hoy, 13 de marzo de 2025, me tocaba revisión médica, el Doctor me preguntó si había habido sentencia. Le respondí que sí, y de inmediato consultó en su ordenador:
—Sí, aquí hay una publicación de Cadena SER y de….
Nos encontramos con un artículo de Omar Sancho, en Radio Alicante, con reproducción de la entrevista que le hacen (mejor no escucharla) y cuyo titular repite las palabras del catedrático: "Se conseguirá acabar con la investigación en este país y habrá triunfado la censura".
Ya nos sorprendió el pasado día 10 en otra publicación de Cadena Ser,
con un artículo del mismo redactor refiriéndose a la sentencia como de “no haber superado épocas pasadas”, muy propia de su línea paralela… Franquismo y franquismo… Su obsesión parece altamente enfermiza, fanático-compulsiva, ¿es otro insulto o más bien una apreciación y opinión personal a la que tengo todo el derecho y deber, en este caso, de expresarla?
Pero volviendo a la publicación de hoy: ¿Acabar la investigación en este país por culpa mía?. Me parece demagogia catastrofista, ridículo y patético sostener tal afirmación. Frase propia de alguien prepotente, narcisista, egocéntrico, tremendista y demagogo como poco, que si lo lee dirá que son insultos...
Los historiadores deberían asumir el compromiso de no distorsionar la vida de quienes vivieron en otra época, ni falsear ideológicamente el contexto histórico. Al mismo tiempo, no se puede considerar "censura" el cuestionamiento legítimo de falsedades evidentes. Sin embargo, se ejerce una censura encubierta cuando se acalla la crítica a través de la influencia académica sobre los medios de comunicación, que es lo que se ha hecho conmigo.
Existe un viejo mecanismo de defensa: cuando
el mentiroso se ve descubierto, se enfada o se hace la víctima.
Así desvía la atención de la mentira y la proyecta en su supuesta indignación o
sufrimiento. No se trata de una ofensa personal, sino de una realidad
recurrente: quien se pica, ajos come. Si el catedrático se
siente aludido, por algo será.
Tengo que recordar que Mentiroso es un adjetivo y sustantivo que se refiere a una persona que miente con frecuencia o que no dice la verdad. También puede aplicarse a cosas que induzcan a error o engaño. Sinónimos de "mentiroso" según se aplique a personas: falso, embustero, farsante, engañoso, hipócrita, mentirosillo, fabulador, fraudulento…; o cosas o situaciones: fraudulento, engañoso, falso…
Una sentencia que no se quiere asumir
¿Qué se puede decir de un catedrático condenado por
vulnerar el derecho al honor de quien simplemente
cuestionó un artículo suyo, plagado de falsedades evidentes? En lugar de
reconocer los errores o defenderse con argumentos sólidos, optó por el ataque
personal y el victimismo mediático. Se
presentó como víctima de censura y de un supuesto intento de reescribir la
historia, cuando en realidad su estrategia fue desacreditar a quien señaló sus
inexactitudes.
Lejos de asumir sus errores, insistió en atacar y
desviar el debate, recurriendo a su posición de poder y a los medios de
comunicación para reforzar su relato. Su condena no se debe a un debate
académico, sino a su conducta difamatoria y a su falta de ética. Ha utilizado
su influencia para manipular la narrativa pública y proteger su imagen, en
lugar de priorizar la verdad y la integridad profesional.
El victimismo como estrategia
En Hoy por Hoy Alicante, con
Silvia Cárceles, el catedrático aseguró que lo está pasando muy mal, que se
siente víctima de una "persecución judicial".
Qué curioso. Mientras él se presenta como el afectado, mi
familia y yo hemos sufrido ataques reales, incultos y amenazas recogidos en los medios que le han dado voz, alentados por su actitud.
Como dije antes: "cuando el mentiroso se ve
descubierto, se enfada o se hace la víctima". En este caso la
palabra mentiroso no es un insulto, por mucho que se empeñe, sino la facultad
de alguien que no dice la verdad.
Afirma también que ha recibido "insultos diarios y vejaciones" por parte del hijo de Baena Tocón. ¿Se refiere a mí?, ¿diarios?, ¿se atreve a hablar de insultos cuando ha sido él quien ha provocado todo este daño con sus constantes publicaciones y comentarios en medios? Si quiere que le explique cada una de las expresiones u opiniones que haya expresado sobre él, lo haré con mucho gusto, porque no me ha pedido explicaciones, solo ha buscado victimizarse tras el daño que ha causado.
Según el artículo, el catedrático también dice: "Desde 2019, esta persona ha hecho todo lo posible por amargarme la vida, pero no lo va a conseguir. No me va a callar". Pero la realidad es que fue él quien inició el ataque y quien ha amargado la vida de una familia, que sí lo ha conseguido, cuyos ancestros padecieron como víctimas auténticas para que él los difame por fanatismo ideológico, con cinismo y falsedades, tratando de engañarme con correos amables para luego atacarme pública y cínicamente en los medios. Se presentó como víctima, acusándome de estar en contra de la libertad de expresión, de querer "reescribir la historia", "borrar archivos históricos" o "imponer censura"…, algo muy similar a lo que él ha hecho (en lugar de borrar, manipular archivos históricos)Sobre la sentencia y su interpretación
sesgada
El catedrático lamenta que el Juzgado
de Primera Instancia Nº5 de Cádiz haya "obviado
todas las otras sentencias anteriores que le daban la razón".
Un clásico truco dialéctico: mencionar fallos previos sin detallar su contenido
ni aclarar por qué algunos pasaron a instancias superiores. Tampoco menciona
que en alguna de ellas su nombre ni siquiera figuraba porque no
era el demandado. Su estrategia es clara: desacreditarme para
dar valor a su discurso.
¿Apoyo del mundo académico o círculo cerrado
de aliados?
El artículo menciona el "apoyo del mundo investigador y
docente". Me pregunto, ¿de quiénes? Será de aquellos que
acudieron a la tertulia: colegas y amigos del catedrático, que
comparten su misma ideología y postura, alguno de ellos demandados igualmente.
Ahí está María del Olmo, quien usó
su cargo de funcionaria pública para dar opiniones personales en medios y redes sociales que,
curiosamente, coinciden con las del catedrático. También aparece José
Luis Ferris, quien dice "trabajar codo con codo"
con él y ha difundido publicación parcial e interesada sobre este caso, por ejemplo, de la sentencia del contencioso-administrativo, ocultando lo comentado anteriormente. Incluso
su hija, en Facebook, replicaba íntegramente lo que decía su papá (tengo
capturas de pantalla de esas publicaciones, aunque creo que han sido
eliminadas). Ninguno de ellos ha querido decir lo que decía el 6º antecedente
de hecho de la sentencia 311/2021 del Recurso contencioso-administrativo de
Alicante, pero sí dieron publicidad del fallo de la sentencia, sin decir
tampoco cómo comenzó ésta, ni que el fallo era consecuencia de que el juez se
declaraba no competente en materia educativa y daba paso a instancias
superiores y que esas instancias superiores vieron indicios suficientes para
realizar un procedimiento civil…
Según el redactor del artículo, "todos
han coincidido en que esta sentencia es una afrenta a la memoria del
poeta". ¿En serio? Se trata de una clara manipulación
emocional para ensuciar aún más el asunto. Nada tiene que ver
esta sentencia con el poeta, pero es útil para encender ánimos y reforzar el
discurso victimista del catedrático.
También critican que la Universidad de
Alicante no haya asumido la defensa jurídica de Ríos Carratalá.
Pero, ¿qué esperaban? Una institución pública no puede defender
con dinero público a alguien condenado por vulnerar el derecho al honor.
Conclusión
Este caso no trata de censura ni de ataques a la libertad
de expresión, sino de responsabilidad y
ética. La sentencia no es una
afrenta a la investigación, sino una respuesta legal a la difamación. Quien
tergiversa la historia y desacredita a quienes le cuestionan, es un académico
que, en este caso, ha caído en el mismo
error que tanto denuncia.
Si de algo se debe proteger la investigación en este país,
es de la manipulación y del uso interesado del poder académico. La
verdadera censura ocurre cuando la verdad se silencia bajo el peso de la
influencia y la propaganda.
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