jueves, 13 de marzo de 2025

LA INVESTIGACIÓN NO ESTÁ EN PELIGRO, LA VERDAD SÍ: CENSURA, MANIPULACIÓN Y VICTIMISMO EN EL CASO RÍOS CARRATALÁ.

 

Sentencias, honor y falsedades: cuando el poder académico manipula la verdad en nombre de la censura.


Hoy, 13 de marzo de 2025, me tocaba revisión médica, el Doctor me preguntó si había habido sentencia. Le respondí que sí, y de inmediato consultó en su ordenador:

—Sí, aquí hay una publicación de Cadena SER y de….

—No la he visto y no me extraña… En la SER le dan mucha cobertura a este señor.

https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2025/03/13/rios-carratala-si-no-recurro-la-sentencia-se-conseguira-acabar-con-la-investigacion-en-este-pais-y-habra-triunfado-la-censura-radio-alicante/

Nos encontramos con un artículo de Omar Sancho, en Radio Alicante, con reproducción de la entrevista que le hacen (mejor no escucharla) y cuyo titular repite las palabras del catedrático: "Se conseguirá acabar con la investigación en este país y habrá triunfado la censura".


Ya nos sorprendió el pasado día 10 en otra publicación de Cadena Ser, 

https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2025/03/10/una-juez-condena-al-catedratico-rios-carratala-a-rectificar-expresiones-contra-el-secretario-judicial-que-participo-en-el-proceso-contra-miguel-hernandez-radio-alicante/ 

con un artículo del mismo redactor refiriéndose a la sentencia como de “no haber superado épocas pasadas”, muy propia de su línea paralela… Franquismo y franquismo… Su obsesión parece altamente enfermiza, fanático-compulsiva, ¿es otro insulto o más bien una apreciación y opinión personal a la que tengo todo el derecho y deber, en este caso, de expresarla?

Pero volviendo a la publicación de hoy: ¿Acabar la investigación en este país por culpa mía?. Me parece demagogia catastrofista, ridículo y patético sostener tal afirmación. Frase propia de alguien prepotente, narcisista, egocéntrico, tremendista y demagogo como poco, que si lo lee dirá que son insultos...


Los historiadores deberían asumir el compromiso de no distorsionar la vida de quienes vivieron en otra época, ni falsear ideológicamente el contexto histórico. Al mismo tiempo, no se puede considerar "censura" el cuestionamiento legítimo de falsedades evidentes. Sin embargo, se ejerce una censura encubierta cuando se acalla la crítica a través de la influencia académica sobre los medios de comunicación, que es lo que se ha hecho conmigo.

Existe un viejo mecanismo de defensa: cuando el mentiroso se ve descubierto, se enfada o se hace la víctima. Así desvía la atención de la mentira y la proyecta en su supuesta indignación o sufrimiento. No se trata de una ofensa personal, sino de una realidad recurrente: quien se pica, ajos come. Si el catedrático se siente aludido, por algo será.

Tengo que recordar que Mentiroso es un adjetivo y sustantivo que se refiere a una persona que miente con frecuencia o que no dice la verdad. También puede aplicarse a cosas que induzcan a error o engaño. Sinónimos de "mentiroso" según se aplique a personas: falso, embustero, farsante, engañoso, hipócrita, mentirosillo, fabulador, fraudulento…; o cosas o situaciones: fraudulento, engañoso, falso…


Una sentencia que no se quiere asumir

El artículo menciona que el catedrático ha sido condenado por un tribunal de Cádiz por vulnerar el derecho al honor. Sin embargo, él insiste en que "no me van a callar".
Al Señor Ríos Carratalá, nadie le impide hablar (no hay más que ver que no para de hacer manifestaciones), como tampoco debería haber dado paso para intentar callarme. Desde el primer momento ha intentado silenciarme y desacreditarme a través de los medios que le dan cobertura, ejerciendo la censura de la que se queja.

¿Qué se puede decir de un catedrático condenado por vulnerar el derecho al honor de quien simplemente cuestionó un artículo suyo, plagado de falsedades evidentes? En lugar de reconocer los errores o defenderse con argumentos sólidos, optó por el ataque personal y el victimismo mediático. Se presentó como víctima de censura y de un supuesto intento de reescribir la historia, cuando en realidad su estrategia fue desacreditar a quien señaló sus inexactitudes.

Lejos de asumir sus errores, insistió en atacar y desviar el debate, recurriendo a su posición de poder y a los medios de comunicación para reforzar su relato. Su condena no se debe a un debate académico, sino a su conducta difamatoria y a su falta de ética. Ha utilizado su influencia para manipular la narrativa pública y proteger su imagen, en lugar de priorizar la verdad y la integridad profesional.


El victimismo como estrategia

En Hoy por Hoy Alicante, con Silvia Cárceles, el catedrático aseguró que lo está pasando muy mal, que se siente víctima de una "persecución judicial". Qué curioso. Mientras él se presenta como el afectado, mi familia y yo hemos sufrido ataques reales, incultos y amenazas recogidos en los medios que le han dado voz, alentados por su actitud. Como dije antes: "cuando el mentiroso se ve descubierto, se enfada o se hace la víctima". En este caso la palabra mentiroso no es un insulto, por mucho que se empeñe, sino la facultad de alguien que no dice la verdad.

Afirma también que ha recibido "insultos diarios y vejaciones" por parte del hijo de Baena Tocón. ¿Se refiere a mí?, ¿diarios?, ¿se atreve a hablar de insultos cuando ha sido él quien ha provocado todo este daño con sus constantes publicaciones y comentarios en medios? Si quiere que le explique cada una de las expresiones u opiniones que haya expresado sobre él, lo haré con mucho gusto, porque no me ha pedido explicaciones, solo ha buscado victimizarse tras el daño que ha causado.

Según el artículo, el catedrático también dice: "Desde 2019, esta persona ha hecho todo lo posible por  amargarme la vida, pero no lo va a conseguir. No me va a callar". Pero la realidad es que fue él quien inició el ataque y quien ha amargado la vida de una familia, que sí lo ha conseguido, cuyos ancestros padecieron como víctimas auténticas para que él los difame por fanatismo ideológico, con cinismo y falsedades, tratando de engañarme con correos amables para luego atacarme pública y cínicamente en los medios. Se presentó como víctima, acusándome de estar en contra de la libertad de expresión, de querer "reescribir la historia", "borrar archivos históricos" o "imponer censura"…, algo muy similar a lo que él ha hecho (en lugar de borrar, manipular archivos históricos)

Sobre la sentencia y su interpretación sesgada

El catedrático lamenta que el Juzgado de Primera Instancia Nº5 de Cádiz haya "obviado todas las otras sentencias anteriores que le daban la razón". Un clásico truco dialéctico: mencionar fallos previos sin detallar su contenido ni aclarar por qué algunos pasaron a instancias superiores. Tampoco menciona que en alguna de ellas su nombre ni siquiera figuraba porque no era el demandado. Su estrategia es clara: desacreditarme para dar valor a su discurso.

Imagen: EXTRACTO del 6º ANTECEDENTE DE HECHO de la SENTENCIA nº 311/2021 del CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO de ALICANTE, que callan el catedrático y quienes le apoyan...

¿Apoyo del mundo académico o círculo cerrado de aliados?

El artículo menciona el "apoyo del mundo investigador y docente". Me pregunto, ¿de quiénes? Será de aquellos que acudieron a la tertulia: colegas y amigos del catedrático, que comparten su misma ideología y postura, alguno de ellos demandados igualmente.

Ahí está María del Olmo, quien usó su cargo de funcionaria pública para dar opiniones personales en medios y redes sociales que, curiosamente, coinciden con las del catedrático. También aparece José Luis Ferris, quien dice "trabajar codo con codo" con él y ha difundido publicación parcial e interesada sobre este caso, por ejemplo, de la sentencia del contencioso-administrativo, ocultando lo comentado anteriormente. Incluso su hija, en Facebook, replicaba íntegramente lo que decía su papá (tengo capturas de pantalla de esas publicaciones, aunque creo que han sido eliminadas). Ninguno de ellos ha querido decir lo que decía el 6º antecedente de hecho de la sentencia 311/2021 del Recurso contencioso-administrativo de Alicante, pero sí dieron publicidad del fallo de la sentencia, sin decir tampoco cómo comenzó ésta, ni que el fallo era consecuencia de que el juez se declaraba no competente en materia educativa y daba paso a instancias superiores y que esas instancias superiores vieron indicios suficientes para realizar un procedimiento civil…

Según el redactor del artículo, "todos han coincidido en que esta sentencia es una afrenta a la memoria del poeta". ¿En serio? Se trata de una clara manipulación emocional para ensuciar aún más el asunto. Nada tiene que ver esta sentencia con el poeta, pero es útil para encender ánimos y reforzar el discurso victimista del catedrático.

También critican que la Universidad de Alicante no haya asumido la defensa jurídica de Ríos Carratalá. Pero, ¿qué esperaban? Una institución pública no puede defender con dinero público a alguien condenado por vulnerar el derecho al honor.

Conclusión


Este caso no trata de censura ni de ataques a la libertad de expresión, sino de responsabilidad y ética. La sentencia no es una afrenta a la investigación, sino una respuesta legal a la difamación. Quien tergiversa la historia y desacredita a quienes le cuestionan, es un académico que, en este caso, ha caído en el mismo error que tanto denuncia.

Si de algo se debe proteger la investigación en este país, es de la manipulación y del uso interesado del poder académico. La verdadera censura ocurre cuando la verdad se silencia bajo el peso de la influencia y la propaganda.

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